Subida al Pico Veleta – 7/8/2011

9 08 2011

Subida al Pico Veleta – 7/8/2011

Esta aventura empieza cuando me veo capaz de seguir un plan de entrenamiento durante más de 3 meses seguidos sin caer lesionado. Antes de esto padecí una inmensa lista de lesiones, algunas fueron de las que pensaba que me impedirían seguir corriendo. Otras no tan contundentes, pero sí de las que durante meses no ves esa luz al final del túnel. Pero lo que parecían muros por los que no se podía pasar, terminaron siendo piedras para solo apartarlas del camino y seguir adelante. Eso es la vida, ¿no?

Me acuerdo ahora de una de las primeras medias maratones de esta pasada temporada a la que fuimos Pedro, su hermano David y yo, en la que tuve el placer de conocer a Javier Rosales. Era la media maratón de Palos de la Frontera, en las que las cuestas me dejaron listo de papeles a mediados de carrera, y tuve que andar durante un buen tramo. Esta era la primera vez que me pasaba en una carrera. Terminé diciendo que de Palos no quería volver a saber ni de las cucharas. ¡Vaya cuestas!

Después llegaron otras como la subida al Santuario de Cabra, con mis AMIGOS Mavesa y Paco_krack.

La media de Morón de la Fra. a El Arahal, vaya la cuestecita del final de carrera. La carrera de Gines, que aunque este año quitaron la peor de las cuestas, tampoco se quedó «llanita». Y otras muchas en las que me parecía estar viviendo en Los Pirineos, en vez de en Sevilla.

Empecé a temerle a toda carrera en la que hubiera cuestas, porque desde luego que para abajo era un misil, pero para arriba me sentía como un gorrión de 300 kg. en la rama de un árbol.

Otra que se atragantó fue la media maratón de Jerez, a los pocos días del maratón de Sevilla. Gracias a mi amigo David (Jimmy) la terminamos como pudimos.

En algún momento tomé la decisión de participar en la subida al Pico Veleta, pero no recuerdo cuándo exactamente. Lo hice precisamente porque lo peor que se me daba eran las subidas de cuestas, y de alguna manera tenía que enfrentarme a ese problema, desde ese momento buscaba toda carrera que fuera especialmente dura por las subidas. Así que participé en la media maratón de montaña de Tentudía, en la que esa convivencia en la finca Marivazquez de mi amigo Francis y junto a muchos compañeros del club fue algo inolvidable, y en la media maratón desde Córdoba al Cerro Muriano, en la que participé junto a mi amigo Daniel. En estas dos carreras tenía la impresión que el reto del Veleta sería demasiado para mí, y a punto estuve de dejarlo «para otra ocasión».

Con lo mal que lo pasé en la media maratón de Tentudía, le comenté a mi entrenador Manu Chaparro cuáles fueron mis sensaciones, y este me diseñó un plan especial para afrontar la subida al Pico Veleta. Ya me advirtió que habría sido necesario más tiempo para poder trabajar mejor en gimnasio las zonas que no iban bien para las subidas, y que tras 3 semanas de hacer 3 x 3 x 30 extensiones de cuádriceps y 3 x 3 x 20 sentadillas con barra (entre otros ejercicios), tendría un atrofiamiento que después iría a una mejora, cosa que ocurrió exactamente como lo predijo. Sin esto y su recomendación de hacer un test en el mismo Veleta el pasado 10 de julio sobre los últimos 20 kms, sin duda me habría arrepentido de haberme inscrito a esta prueba.

En cuanto al material e indumentaria recomendable, contaba con el asesoramiento de Fernando Chacón en su tienda Evasion Running Sevilla. Me trajo las zapas Brooks Glycerin 9, que no estaba prevista su llegada hasta septiembre. Y de vital importancia fué su recomendación de usar las mallas de compresión Cw X Pro Shorts, una maravilla.

El mes de julio pasa a ser el mes que más kilómetros he rodado desde que corro, llegando a rodar 300 kms, algunos más que en enero para preparar el maratón de Sevilla. La diferencia es que en enero somos muchos los que entrenamos juntos, y en julio sólo mi cuñado Javier «el Pretoriano» estaba en Chipiona para salir a rodar juntos por las cuestas del parque eólico de Sanlúcar de Bda. Ahí queda para el recuerdo esas tiradas los martes y jueves del mes de julio desde Gines con algunos compañeros de su club Pretorianos de Tomares, como el amigo Potaje y la amiga Juani, que nunca faltaron y prepararon rutas específicas para mi preparación hacia El Veleta.

Después de todos estos preámbulos llegamos al mes de agosto con todas las dudas del mundo de si había sido suficiente esta preparación, y el sábado 6 de agosto mi cuñado Javier y yo viajamos hacia Granada en donde nos reuniríamos con Pedro y su esposa Cristina en el hotel, justo delante de la salida de la carrera. Salimos por la tarde a recoger los dorsales, y de vuelta a cenar y descansar para el gran día que estaba a punto de comenzar.

El despertador lo pusimos a las 5 de la mañana para ir a desayunar en una sala que se había habilitado especialmente para los participantes de la carrera. A las 6:15 ya salíamos para guardar las maletas en el coche y dirigirnos a la línea de salida. Pedro se retrasó unos minutos y llegó muy preocupado porque había olvidado la vaselina en una maleta. Menos mal que justo delante nuestra había otro corredor con un tarro en la mano que le hizo el favor de darle un poco.

Conocí allí mismo a algunos ilustres foreros de elatleta.com como Landes, Duquito y Elzelu. Poco después nos encontramos con Harol y algunos compañeros suyos de Los Jartibles y a algunos corredores de otros clubes de Sevilla como Los Lentos de Torreblanca y Pretorianos de Tomares. Nos hicimos algunas fotos todos juntos delante de la línea de salida como representantes de nuestra provincia.

La salida fue sobre las 7:25 h. y dimos 2 vueltas al paseo del Bomba para salir dirección a Cenes de la Vega. En ese tramo la carrera era una fiesta tal vez provocada por el momento esperado por todos durante tantos meses de duro entrenamiento.

Pedro y yo mantuvimos el ritmo previsto de 6 min/km hasta cruzar el río Genil al pasar Cenes de la Vega, íbamos haciendo piña con los únicos 3 Pretorianos que participaron en esta edición. Eso fue hasta que llegó de golpe la primera cuesta, y toda la gente que llevábamos alrededor se fueron para adelante poco a poco. El Garmin indicaba que si nos íbamos con ellos, lo íbamos a pagar más adelante. Así que a nuestro ritmo volvimos a rodar junto a otros participantes de Alicante, del que uno de ellos que llevaba varias ediciones a sus espaldas, iba dando recomendaciones y dando voces de ánimos a los demás. Cuando nos llegó la hora de andar por primera vez sobre el km 15, ya nos quedamos de nuevo solos para mantener el ritmo que habíamos previsto.

Al salir a la carretera general dirección a Sierra Nevada, mi cuñado Javier y Cristina (esposa de Pedro) nos pasan en mi coche para esperarnos un poco más adelante y darnos soporte de agua fresca y un plátanos que nos dio la vida. Después de El Dornajo no los dejaron pasar con el coche, y ahí viene otras de las sorpresas, y es que les dejamos unos botes para que lo rellenaran de isotónica, nos lo trajeron montados en un vehículo todoterreno de protección civil. No se que les contaron, pero nos lo hicieron llegar.

En un tramo de la carretera antes de llegar a El Dornajo, Pedro y yo nos llevamos nuestra primera sorpresa cuando vemos una pintada en el suelo con spray en la que leemos nuestros nombres y Club Marathon Mairena. Ambos nos quedamos a cuadros y nos preguntamos quien lo habría puesto.

Hasta ese momento las sensaciones eran bastante buenas, dentro de lo que cabe esperar. Yo que temía a que algunos de mis puntos débiles hicieran aparición como alguna ampolla (como en la travesía Pretoriana desde Tomares al Rocío) o molestias estomacales por tomar mezclas de barrigas, isotónicas y agua. Ninguna de estas cosas ocurrió, pero lo que pensaba que estaba bastante trabajado como es el vasto interno, me falló primero el de la pierna izquierda y al poco la derecha. Eso fue sobre el km 25, en el que correr cada vez era más doloroso.

Sobre el km 27 volvemos a encontrarnos con otra pintada en el que nos daban ánimos a nosotros con el escudo del club, en ese momento le dije a Pedro que me apostaba un huevo a que eran Paco y Manuel, no uno u otro, sino los dos que estarían por allí. Esto como cualquiera se puede imaginar, te pega un subidón que te empuja a llegar hasta lo más alto de la montaña.

Más adelante, sobre el km 35 el dolor se estaba volviendo ya en una tortura, y le dije a Pedro que tirara hacia delante. El me esperaba, el cinturón con el líquido con el que yo salí me lo pidió mucho antes para intentar aliviar lo que pueda, pero casi me tuve que parar para que él siguiera adelante. Le costó muchísimo, pero tras mi insistencia continua accedió a mantener su ritmo. En este tramo encontré en la cuneta siendo atendido a unos de los alicantinos que también intentaban por primera vez, llegar al punto más alto de la península ibérica.

Ese momento es el que solo el coco te puede ayudar a no quedarte clavado y esperar al coche escoba. Me mantenía en movimiento pensando en un mensaje que me mandaron mis 2 hijas la noche antes en el que me decían que seguro que lo iba a conseguir. Eso me llevó hasta la Hoya de la Mora a 12 kms de la meta, allí esperaba encontrar a mi cuñado para acompañarme el resto del camino tal y como lo habíamos planeado, pero no estaba solo. Allí me llevé la inmensa sorpresa de que mis amigos Manuel y Paco estaban esperándome con la bandera del club para llevarme en volandas hacia el mismo Pico Veleta.

Le pedí a Javier los bastones para ver si con ellos los dolores de ambos vastos internos al menos no me impedían seguir aunque fuera andando el resto del camino.

Aunque más adelante me sobraban los bastones, las gafas de sol y la gorra.

Mis amigos habían llenado todo ese tramo de pintadas de ánimo. ¿Así quién no termina esta prueba?

Solo la compañía de Javier, Manuel y Paco, me daban los ánimos para dar otro paso, y otro, y otro. Llegar hasta la siguiente curva, cruzar la siguiente recta, otra curva y otra recta. Así de vez en cuando miraba el Garmin, y siempre quedaban 5 kms.

Al pasar muchísimo tiempo lo vuelvo a mirar y todavía quedaban 5 kms. Llegamos a un puesto de avituallamiento mucho más adelante en el que pregunto y me dicen que «solo» quedan 5 kms.

Creo que conseguí poner mi mente en blanco y no pensar en nada, porque de buenas a primera me dice Paco que la meta está en esas banderas que estamos ya viendo. De momento no sabía si era un espejismo, o de verdad era ya la meta. Así que aligeramos el paso todo lo que pudimos para comprobar que era cierto. ¡Ahí está la meta!.

Sin saber el tiempo que tardé, pregunte a los cronometradores y me informaron que mi tiempo fue de 7:29 horas. Dado que mi objetivo era el llegar a la meta dentro de la 8 horas que daban para terminarla y que quedaran microbuses para bajar a Sierra Nevada, me doy por muy satisfecho del tiempo conseguido.

Allí arriba me quedé con Paco, mientras que Javier y Manolo bajaron corriendo hasta Sierra Nevada donde nos esperaban a Pedro y a nosotros para después recoger nuestros trofeos y tomar una cerveza y unos sandwiches antes de despedirnos. Mientras Pedro y yo estábamos estirando, aparca un Mini junto a nosotros, y se baja Chema Martínez con la familia, que lo más seguro es que esté allí entrenando, lo saludamos y nos firmó nuestros respectivos dorsales. Un buen broche para un gran día en el que se conjugaron deporte, aventura, fuerza mental y sobre todo amistad, especialmente la de Pedro, Javier, Paco y Manuel.

A todas las personas mencionadas en esta crónica les quiero agradecer su colaboración en este logro, y a tantas otras que han creído que lo podía conseguir y me lo manifestaron de palabra o por escrito.

Quiero dedicar la que de momento es mi mayor hazaña deportiva a mi esposa Carmen, por tener la paciencia de aguantarme durante todos estos meses anteriores en los que todos los días me iba a entrenar desde las 19:45 hasta las 22:30 h., sin haber puesto una sola queja.

PD: No se si estoy majareta, pero ya pienso en el año que viene 😉


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5 responses

10 12 2011
Pedro

Anda que la que liamos…

Un fuerte abrazo

24 06 2012
Daniel

Hola Pedro, no paro de pensar en hacerla este año, tengo mucas dudas, he estado entrenando por «los molinos de Sanlucar», ¿La inclicación es parecida ha estas ?
Enhorabuena y saludos Dani.(A.D, Guadalquivir, Sanlucar de Bda.)

16 03 2013
st. tropez tan

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25 02 2014
Carlos

Hola, estoy buscando información sobre la carrera del pico Veleta y he dado con esta entrada. Tengo una curiosidad: ¿En meta dan alguna medalla u obsequio similar a los participantes? Un compañero sólo va si es así : D
Saludos!